lunes, 1 de marzo de 2021

Amor animal

De chico estaba convencido de que podía hablar con los animales. Cuando pasaba por la puerta de algún vecino, no faltaba nunca el perro guardián ladrando del otro lado del portón. Solía entonces pararme y concentrándome en los ladridos como para encontrar al pichicho, le pedía que dejara de ladrar. Mágicamente todos me hacían caso.

Y no era sólo con los perros. Los gatos callejeros y de amigos se me arrimaban a pedirme mimos. El loro de mi amigo Martín se me paraba en el hombro mientras que a otros ni los registraba. Incluso las palomas de la plaza jamás salían volando cuando caminaba entre ellas.

Recién de adulto tuve una mascota. Un gato adoptado al que bauticé Stevie, por Stevie Ray Vaughan. Desde el primer día establecimos una conexión muy especial. Solía seguirme por todos lados. Le hacía pelotitas de papel y creyéndose arquero se las tiraba para que las atajara. Luego me las traía para repetir la secuencia.

Si lo llamaba, me respondía con sus maullidos y al instante aparecía contento. 

Al trabajar desde casa, se me sentaba en mi regazo o se acomodaba cerca del ventilador la computadora.

También se quedaba a mi lado cuando estaba triste o cabizbajo. Si estaba en la cama, se pegaba a mi o se subía a mi pecho y ahí se quedaba.

En momentos de tensión o estrés, con tan solo hacerle unas caricias me olvidaba de mis problemas.

Ya de viejito, con menos energía y algunos problemas de cadera, él seguía caminando a mi lado durmiéndose con mis mimos.

Hoy que ya no está, lo recuerdo con mucho cariño. Nunca hablamos, claro, pero tampoco hizo falta, porque siempre nos entendimos.


Consigna: Escribid un texto con la forma y género que prefiráis de no más de 300 palabras centrado en el tema del amor de una mascota hacia su dueño. Puede ser un relato, una carta, una poesía o simplemente una reflexión sobre ese tema. Link.

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